Esta mañana ha tenido lugar la concentración contra la violencia de género en el Hall de la Facultad,donde se ha procedido a la lectura del manifiesto que dejamos a continuación y a guardar 1 min de silencio.La misma,que había sido convocada de forma conjunta con las demás asociaciones con representación en la facultad, ha tenido una gran afluencia.Asimismo, se ha impartido la conferencia sobre el impacto de la violencia de género en menores por la profesora Blanca Sillero.
MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Hoy en la víspera del día contra la violencia de género, una violencia que evidencia la desigualdad social entre hombres y mujeres. Se trata de un problema estructural, directamente vinculado con la educación en valores discriminatorios, donde el reparto de roles quedan patente en el desequilibrio de poder entre hombres y mujeres.
Son muchos hombres los que no aceptan negociar las relaciones personales desde el plano de la igualdad y cuando las mujeres quieren romper la relación o manifiestan su desacuerdo respecto a la misma, las amenazan, las coaccionan, las lesionan y hasta las matan.
La violencia de género supone un abuso de la posición dominante de los varones y constituye, al mismo tiempo, una manifestación y un instrumento para perpetuar la desigualdad. Por tanto, la única forma eficaz de prevenir la violencia contra las mujeres consiste en avanzar hacia la igualdad real de las personas.
La violencia de género es un fenómeno mundial que se da independientemente del grado de desarrollo de los países, y que afecta a muchas mujeres, de distintas clases sociales, etnias, formación, etc. Es muy complejo, y por tanto, muy difícil de erradicar.
A pesar de los avances legislativos, la normativa de igualdad andaluza (Ley 12/2007 de promoción de la igualdad y ley 13/2007 contra la Violencia de género), y las Leyes estatales, como la L.O. 1/2004 de Medidas de Protección Integral de Víctimas de Violencia de Género o la Ley 3/2007 para la Igualdad efectiva, debemos tener en cuenta que las leyes por sí solas, no pueden cambiar lo que está ocurriendo y para ello es necesario insistir en cada una de las medidas recogidas.
En los últimos años se ha conseguido una mayor concienciación social al respecto, pero aún quedan mensajes en las familias, en la educación, en los medios de comunicación, en la publicidad, que siguen transmitiendo una imagen de las mujeres situándolas en una posición que las hace responsable, incluso, de la violencia a la que son sometidas. La responsabilidad es, en todo caso, del conjunto de la sociedad.
La indiferencia ante la violencia de género es un obstáculo para poder acabar con ella. Como dijo Elie Wiesel, Nobel de la Paz en 1986: “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.
Es evidente que cuando se conoce algún caso de violencia de género con resultado de muerte, hay un rechazo social generalizado. Sin embargo, no hay una posición crítica basada en el conocimiento de este fenómeno, el rechazo es emocional, afectivo, pero no se reflexiona sobre el origen del mismo.
La educación en valores democráticos implica colocar a las mujeres en el lugar que les corresponde. Se hace necesaria una revisión profunda de las ideas sexistas, así como de los estereotipos de género que son la base de las conductas a modificar. Y en mayor medida, además, porque es un problema que también afecta directamente a las hijas e hijos de las mujeres que sufren violencia de género.
Educar en igualdad es el camino más seguro para evitar los comportamientos machistas y las ideas sexistas que perpetúan la falsa creencia de superioridad del hombre sobre las mujeres, y el uso de la agresividad como instrumento para ejercer el poder sobre ésta. La prevención y la educación deben ser los principales instrumentos en la lucha contra la violencia de género y una buena información la mejor forma de concienciar a la población sobre este grave problema.
La igualdad real entre mujeres y hombres constituye la defensa más eficaz frente a los malos tratos. A esta igualdad tienen que contribuir los hombres como pilar fundamental del desarrollo igualitario que nuestra sociedad necesita.
Debemos seguir insistiendo en la prevención, sensibilización y educación como herramientas fundamentales para erradicar de manera definitiva la violencia hacia la mujer.
Por todo lo anteriormente expuesto, las asociaciones de estudiantes convocantes muestran su más firme rechazo y reivindica su compromiso para luchar contra esta lacra social.
“Por los buenos tratos
Por una sociedad entre iguales, sin lágrimas, sin heridas, sin privación de libertad, sin golpes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario